La aceptación no es algo que podamos generar. La aceptación cuando llega, es muy
parecida a la gracia porque convierte a la situación más intolerable en tolerable. Y ya
sea pobreza o cáncer, o alguna otra condición que tenga un efecto indeseable en la vida,
la aceptación de que esto está presente en este momento trae la paz. No quiere decir que
te tenga que gustar, ni tampoco la aceptación sugiere que dejes de hacer esfuerzos para
provocar un cambio. Los esfuerzos pueden muy bien surgir, y el siguiente esfuerzo
puede que provoque el resultado deseado. Sólo podemos hacer lo que hacemos y ver
que pasa después. La directriz de la Enseñanza es que ambos, el hacer y el resultado,
serán parte del mismo funcionamiento, contigo como instrumento a través del cual ese
funcionamiento ocurre.
Así que, la aceptación no elimina el problema inmediatamente, no hace que las
circunstancias de tu vida cambien de acuerdo a como a ti te gustaría que fuesen. Elimina
el sufrimiento implicado en el problema, y eso es lo que llamamos paz... la paz que
sobrepasa todo entendimiento.
El organismo del sabio
El sabio es el organismo humano a través del cual el suceso que llamamos iluminación
ha ocurrido. Lo que caracteriza al organismo del sabio en el suceso del despertar es la
ausencia de algo no la presencia de algo. La mayoría de la gente piensa que el sabio se
ilumina, pero el organismo que llamamos sabio posee algo menos no algo más. El sabio
es lo que todos y todo en realidad somos: esa Consciencia que está siempre presente.
Está presente cuando el organismo está profundamente dormido; está presente cuando el
organismo está despierto. Es omnipresente. Y el sabio no piensa que sea algo diferente.
No es que piense que él sea Eso, sino que no piensa que él esté separado. Lo que la
mente del buscador siempre brinda es un "yo" que conoce esta verdad, pero en el sabio
no hay un "yo" en absoluto.
Por eso esta enseñanza en términos de materialismo espiritual no tiene recompensa. En
esta enseñanza, la iluminación se define por la disolución del buscador, no por el logro
del buscador de lo buscado. La mayoría de las religiones y muchos movimientos
espirituales enganchan adeptos porque les prometen un beneficio enorme, diciéndoles:
"Vais a conseguir sat-chit-ananda; vais a conseguir un éxtasis infinito; vais a conseguir
una paz infinita". Esta enseñanza Advaita apunta a la realidad de que, si, la paz infinita
estará ahí pero TU no estarás ahí. ELLO estará ahí. Por lo tanto, no es sorprendente que
este Advaita puro tenga tan poco atractivo.
La Enseñanza no demanda nada más que la muerte del ego. Y el ego no se matará así
mismo. Alabará la idea de que el olvido es lo que quiere, pero cuando llegue al borde,
no podrá dar el último paso.
El momento perfecto
A medida que la comprensión se hace más profunda, se entiende que eso que es material
es espiritual, que eso incluye todo lo que existe, no sólo la puesta de sol, los cachorros,
los arco iris, los delfines, sino también a los sádicos, los violadores, los asesinos. Todo
es espiritual.